Economía circular: un futuro sostenible para el sector
Las profundas transformaciones que está viviendo el sector invitan a la reflexión colectiva para delimitar de forma conjunta cuales son las claves que marcarán el futuro de nuestro entorno y prepararnos convenientemente. La adopción de la economía circular por parte de la industria concentra, en gran parte, muchos de los grandes retos a los que se enfrenta la industria española en los próximos años. Pasar de un sistema de economía lineal a un sistema de economía circular de forma eficiente, coordinada y rentable es tan necesario como conveniente. En la actualidad, los límites de la economía lineal están empezando a vislumbrarse añadiendo más riesgo al sistema productivo de las empresas. Hemos pasado de necesitar 65.000 millones de toneladas de materias primas en 2010 a un estimado de 82.000 en 2020. Es un consenso generalizado que el uso de gran cantidad de recursos que no se renuevan ha alcanzado un impacto medioambiental inasumible, percepción cada vez más generalizada entre los consumidores como así lo demuestran diversos estudios.
En todo caso el objetivo es que la economía circular no sea únicamente necesaria, también rentable y por lo tanto beneficiosa para todas las partes. Según el estudio A new textiles economy: redesigning fashion’s future de la Fundación Ellen MacArthur Foundation, anualmente se pierden más de 500.000 millones de dólares por la infrautilización y la falta de reciclaje en el sector textil y de la moda. Son cifras suficientemente claras como para justificar inversiones estratégicas a largo plazo. En otro estudio del mismo centro se habla de ahorros de hasta 380.000 millones en periodos de transición hasta los 630.000 en condiciones avanzadas. Se trata por tanto de pasar a un sistema en el que la reducción de residuos combinado con un uso inteligente de los recursos asegure la sostenibilidad del sistema a largo plazo. Un sistema en el que las prendas, los textiles y las fibras mantendrían el valor durante su uso y se reutilizarían de forma sostenible en el sistema evitando convertirse un residuo. La tendencia sería, a largo plazo, la generación de cero residuos en procesos productivos de largo alcance.
El resultado es una industria textil más sostenible que minimiza al máximo los impactos negativos derivados de los procesos industriales propios de su actividad. A su vez, la aportación social, medioambiental y económica resultante de esta transformación es evidente y trascendental a la hora de valorar los beneficios de todo este proceso. No estamos hablando de una tendencia o una operación de marketing: es la respuesta a una necesidad de supervivencia que cambiará la forma de fabricar, pensar, comprar y consumir. Y es, a su vez, una oportunidad histórica para aportar visión y negocio a industrias clave del tejido económico, entre ellas la moda y el textil.
En España el sector todavía va haciendo pequeños pasos hacia la circularidad: se necesita profundizar más en los procesos de reutilización y reciclaje, se requiere de un mayor compromiso y concienciación y una mayor colaboración e innovación por parte de todos los actores implicados. El potencial es infinito. En la cadena de valor ya se reciclan tejidos, regeneran fibras y maximizan recursos de producción, pero es necesaria una consolidación y mejora.
La transición hacia la circularidad será, también, una realidad legislativa a nivel europeo en los próximos años. En este momento están elaborándose varias directivas por parte de la Comisión Europea para regular la economía circular asegurando un impacto profundo y directo en el sector T+C. La previsión es que entre en vigor en 2025, fecha clave para el futuro de la industria europea y para la cual deben concentrarse la mayoría de esfuerzos de nuestro sector en los próximos años. El sector de la moda está teniendo ya un papel clave en esta transición, por la importancia e impacto de su peso en la economía global.